Confinamiento, Youtube y una olla express. Los comienzos de Luna & Wanda.
Quien conozca la historia de Luna & Wanda sabrá que yo de repostero o cocinero tengo poco…o más bien nada. Ni certificados, ni masters, ni Cordon Bleu (aunque éste último reconozco que me encantaría hacerlo). Así que si me tengo que remontar a los inicios, digamos que mis primeros pinitos en la cocina empezaron cuando me independicé hace ya cinco años con dos compañeros de piso (a los que mencionaré más adelante) y mi tío, siempre tan acertado, me regaló una olla express, instrumento que hasta ese día yo siempre había asociado con una bomba atómica a la que mejor no acercarse.
Pero que no haya cocinado nunca no significa que no me guste comer bien. De hecho, me declaro fan incondicional de los platos de cuchara. Así que, para sacarle el máximo partido a dicha olla, decidí darle una oportunidad a través de unas recetas de videos en Youtube. Y os puedo decir que a día de hoy, junto con la tarta de queso de Luna & Wanda, hago las mejores lentejas estofadas y el mejor cocido de Madrid. Fuera bromas.
Y hasta este punto os estaréis pensando que mi tarta de queso la hago en una olla express, pero no os asustéis. Resulta que en 2020 llegó el confinamiento y mi trabajo como consultor en Accenture pasó a ser 100% en remoto. Se cerraron proyectos y todo se paralizó, algo que dió paso a tener mucho tiempo libre en casa. Tocaba desempolvar la olla de mi tío.
Y aquí es donde entra en escena Carlos, uno de mis compañeros de piso, abogado en uno de los despachos más prestigiosos y amante de la buena comida como yo. Así que un día, entre aburrimiento y call, nos proponemos hacer una tarta de queso al horno, un postre en auge y que nos llamaba mucho la atención. Pero, ¿por dónde empezamos? Lo primero: comprar un molde por Amazon. Lo segundo: ponernos a buscar recetas. Y es que el Covid, independientemente de todo lo malo que tuvo, sí hizo que muchos chefs importantes se lanzaran a compartir sus recetas en redes sociales para que la gente pasase el confinamiento de una manera más entretenida en la cocina.
Y ahí estábamos Carlos y yo, con nuestro molde y el portátil abierto con la pestaña de Youtube. “Tío tengo una de Dani Garcia que es top”, “¿Has visto esta? Se parece a la de Cañadío”, “¡Tú, tú, tú! ¿Y esta con queso azúl?”, “Pero le ponemos base de galleta o no?”. Y así todo el día hasta que decidimos coger lo mejor de algunas de ellas y, sobre todo, de tres chefs a los que no puedo estarles más agradecido: Dani Garcia, Nandu Junaby y Manolo Franco.
Y entonces la suerte del principiante hizo el resto. Porque el horno que teníamos en casa era precisamente eso…de “andar por casa”. Un horno portátil y eléctrico de la marca Lidl que nos costó la irrisoria de 60 euros y que marcaba una temperatura máxima de 250º, pero en realidad yo creo que no llegaba a superar los 150º. Pero contra todo pronóstico salió la tarta “perfecta” y, lo más importante, a la primera. Tan cremosa por dentro y tostada por fuera que me hizo empezar a replantearme mi continuidad en el mundo de la consultoría.
Y como os prometí en el primer post de “Inicio del viaje al centro de la tarta”, voy a ser 100% transparente en este blog. Por eso, rebuscando en el cajón de los recuerdos he encontrado una de esas recetas que utilizamos, en parte, para sacar la nuestra propia. Se trata de la que compartió Nandu Jubany durante la pandemia en su perfil de Instagram. ¡Os invito a que os lancéis a hacerla y me digáis qué diferencias encontráis con la nuestra!
Y ¿qué más para el próximo post?
Digamos que poco a poco nos vamos a ir adentrando en materia y os contaré cómo conseguí mi primer cliente y generé mis primeras ventas.
Si quieres que te avise con cada artículo que vaya publicando no olvides seguir al Instagram de Luna & Wanda.
Y por cierto, no estás obligado a probar nuestra Luna & Wanda, pero si todavía no lo has hecho te lo recomiendo encarecidamente. Así estaremos alineados.
¡Nos vemos por aquí!
Hola, Sergio. Me ha agradado mucho leer tu blog y ver cómo ha influido en nuestras vidas el confinamiento por la pandemia. Yo también tengo un horno de Lidl, y otro más grande pero no tenemos microondas. La gente no se lo,cree porque mi marido y yo somos muy cocinillas…je je. Pero la repostera soy yo. Acabo de imprimir un libro que se llama “Reposteria de pandemia. 250 recetas”. Solo un ejemplar, y ya tengo lista de espera de amigos y familiares para cuando termine con las correcciones. Probaré a “copiar” tus tartas de queso. La que yo hago es estilo a la de La Viña, con algunas variaciones. Ah!
No voy a hacerte la competencia. Ya estoy jubilada y (casi) toda la repostería que hago, la regalo. Saludos.
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